Actualmente la muerte se asocia a muerte encefálica, es decir, el cese irreversible y total del cerebro. Esta situación ha abierto una puerta a la esperanza para pacientes que antes se consideraban terminales, ofreciéndoles la opción de un trasplante. Los pacientes que son candidatos a donantes son aquellos que sufren una muerte encefálica dentro de una unidad de cuidados intensivos, lugar donde con fármacos vasoactivos, ventilación mecánica y otras medidas se consigue mantener su corazón latiendo, para que, en el caso de que exista consentimiento, se conviertan en donantes de órganos.