La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica en la que las células de la piel de las zonas afectadas, llamadas queratinocitos, se reproducen mucho más rápido que las de una persona sin psoriasis, y se acumulan formando unas placas enrojecidas, engrosadas y escamosas en la piel.
La psoriasis no es una enfermedad restringida a la piel, sino un trastorno inflamatorio sistémico. Además, muchas comorbilidades están asociadas con la psoriasis, por ejemplo, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedad del hígado graso no alcohólico, enfermedad de Crohn, linfoma, cáncer, ansiedad y depresión, muchas de las cuales pueden ser el resultado de una inflamación persistente en el cuerpo.