La leche materna es el mejor y único alimento que una madre puede ofrecer a su bebé desde la primera hora de vida y hasta los seis meses, de manera exclusiva ya que protege al recién nacido contra las infecciones y reduce la mortalidad neonatal. Proporciona los nutrientes necesarios en calidad y cantidad, para un crecimiento y desarrollo adecuado.
Es de fácil digestión y absorción, contiene un aminoácido (L-triptófano) que favorece el sueño, además la succión del pecho es relajante y ayuda a dormir. Además fomenta el desarrollo sensorial y cognitivo.