En la actualidad se reconoce que la inflamación está detrás de un amplio abanico de enfermedades crónicas, responsables de más de la mitad de las muertes en el mundo, asociadas al infarto, ictus, cáncer, diabetes, enfermedad renal crónica, hígado graso no alcohólico o enfermedades autoinmunes o neurodegenerativas.