La pandemia actual por COVID-19 y como tal, el confinamiento son una adversidad psicosocial que atenta contra la estabilidad de la familia. Tal estresor pude causar exacerbación de los síntomas de un trastorno mental previo. Los niños y adolescentes con trastornos psiquiátricos son una población vulnerable que requiere de una atención especializada, por ejemplo en trastornos por déficit de atención e hiperactividad, trastorno del espectro autista, discapacidad intelectual, trastorno de ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo y el trastorno por estrés postraumático.